Hoy, martes 9 de junio, se celebra el Día Internacional de los Archivos en conmemoración de la creación, con auspicio de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), del Consejo Internacional de Archivos (ICA) en 1948.
Este año desde el ICA se lanzó una campaña en redes sociales para compartir perspectivas y opiniones acerca de lo que #UnArchivoEs y la Lic. Sandra Méndez, docente de la casa, participó de esta propuesta expresando que “#UnArchivoEs una fuente de información confiable y disponible para tomar decisiones serias en las administraciones públicas y privadas; prueba de derechos y exigibilidad de obligaciones y luego, testimonio fidedigno para la investigación científica”.
Desde la Facultad hay un marcado compromiso en formar profesionales altamente calificados para que protejan y gestionen responsablemente los archivos. El trabajo del archivero es clave en una institución, en palabras de la Lic. Méndez: “El archivero es el encargado de custodiar la memoria de las instituciones, la que queda plasmada en documentos que son el reflejo de las actividades que se llevan a cabo por el simple hecho de cumplir sus funciones. Además, le permite a una organización contar con información clave, de manera eficaz y eficiente para tomar decisiones”.
La docente agrega que “los archivos tienen una función social que cumplir: son garantes de derechos, son la memoria de las instituciones, son fuente para la investigación y un instrumento para la transparencia, en esto radica la importancia de facilitar el acceso a la ellos”.
La licenciada hace hincapié en que actualmente el archivero se enfrenta, al igual que otras profesiones, al avance de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y a la implementación de tecnología para tramitar los asuntos tanto en las instituciones del Estado, como en las privadas. En este marco es primordial que los nuevos documentos que se generan (documentos electrónicos) sigan manteniendo los mismos requisitos que los documentos en soportes tradicionales, tales como autenticidad, integridad, fiabilidad y disponibilidad.
“¿Podremos acceder a documentación producida en plataformas digitales por más de cien años? Para responder a esa pregunta hay que poder sortear obstáculos, entre otros, la obsolescencia de los hardwares y de los softwares. El reto que se nos presenta es tener una formación constante y un trabajo en equipo que incluya la interdisciplinariedad; los archiveros no necesitamos ser informáticos, pero sí poder tener un diálogo”, reflexiona la especialista.
