Diego Neri Rivero defendió este lunes su Tesis de la Licenciatura en Administración Pública, titulada: "Programa Recuperadores de Derechos: Estudio de las vivencias de los carreros de la ciudad de Paraná, en el contexto de una política pública de inclusión social y acceso a derechos desarrollada entre los años 2017 y 2018", y dirigida por la Lic. María Marta Pesce.
En esta instancia fue evaluado por un jurado que estuvo integrado por las licenciadas María Anahí Castañeda, Marcela Valeria Schoj y la directora de Tesis. Luego de escucharlo con atención, calificó a Diego con nueve (9).
"Soy empleado municipal desde hace 13 años, por eso hay una motivación de índole personal. Estoy inmerso en el mundo de lo que es el mundo de la Municipalidad y he empezado a profundizar lo que son las políticas locales, he trabajado en ese tema en otros ámbitos de extensión universitaria y creo que el Licenciado en Administración Pública tiene que tener un conocimiento cabal de las problemáticas que surgen en los gobiernos locales, saber sobre el diseño y el impacto que tienen estas políticas, dado que también estamos en un contexto de creciente protagonismo de los gobiernos locales", reconoció el flamante graduado.
Los objetivos de la Tesis se centraron en conocer las vivencias de los beneficiaros del Programa Recuperadores de Derechos, los denominados carreros, cómo se sintieron en un contexto de una política de inclusión social y de acceso a derechos, cómo lo percibieron y afectó sus vidas.
Reconocimiento
"El propósito fue tener la voz de los carreros en lo que es el diseño de las políticas públicas", sintetizó.
"A partir de las entrevistas pude ver que ellos se sintieron revalorizados, principalmente por la mirada del resto de la sociedad. Ellos me comentaron que la gente los miró con otros ojos, que a partir de este programa la gente se comenzó a concientizar sobre el valor de su trabajo, sobre la dignidad que conlleva ser trabajador de la economía popular, ser reciclador urbano y este es uno de los saldos más positivos que tiene el programa".
El impacto y la vivencia del proceso fue variado, en este sentido Diego describió la situación: "dependió mucho de cada uno de ellos, en cómo se plantaron frente a esta oportunidad, cuáles eran sus vínculos, cuál era la red o andamiaje de contención que tenía cada uno de los carreros dado que el uso de una nueva herramienta conlleva a tener nuevos conocimientos. En el caso de los que no habían tenido un vehículo similar previamente, no supieron usarlo, no supieron mantenerlo, por ahí se les abrió constantemente y esto terminó por afectar negativamente, ocasionando más costos que ingresos. En cambio, otros la supieron usar y utilizar como potenciador para encontrar nuevas alternativas de trabajo. En sí la herramienta tiene como ventaja la agilidad que le provee la rapidez para moverse en los circuitos que realizan cotidianamente y, por otro lado, cambiaron mucho las prácticas que ellos venían llevando, antes salían con su grupo familiar a realizar la recolección de residuos y esta herramienta no lo permite a eso ya que es solo para el traslado de una sola persona".
Para avanzar con la investigación fue necesario sortear algunos obstáculos que se fueron presentado en la etapa del trabajo de campo. "Fue dificultoso contactar a los carreros. Accedí a un primer registro de recuperadores que no tenía la información actualizada, realicé alrededor de 150 llamados a diferentes números, algunos me atendían y otros estaban fuera de servicio. Fue un desafío persuadirlos de que me dieran una entrevista, no fue fácil comentarles por qué estaba haciendo este trabajo y convencerlos de que me dedicaran un poco de tiempo. A través de estas personas que pude contactar, también fui consultándoles si conocían a otros beneficiarios y terminé entrevistando a 12 carreros de diferentes barrios de la ciudad; algunos en sus casas, a otros en lugares cercanos a sus domicilios con el fin de que ellos se sintieran cómodos. Hasta llegué a reunirme con algunos en centros de salud y centros comunitarios", recordó.
Este trabajo de campo lo llevó a darse cuenta de los cambios que se habían dado en la ejecución del mencionado programa. "Había cambiado muchísimo. Elegí los años 2017-2018y a través de las entrevistas me di cuenta que en esos dos años la implementación se centró básicamente en la entrega del motocarro, en el acompañamiento para sacar el carnet de conducir, y en tener los papeles al día".
Diego además realizó una observación especial: "En los otros objetivos que tenía el programa vinculados a la inclusión social, ya que acercaba los derechos de salud, educación, trabajo, no hubo ninguna acción y tampoco dirigida a consolidar un grupo. Ellos me comentaron que no existió un grupo de beneficiarios, sino que todos los encuentros con el Municipio fueron individuales; solo en los actos de entrega de los motocarros y en algunos cursos de manejo se pudieron ver con otros beneficiarios, pero los demás encuentros fueron individuales entre los carreros y los referentes municipales. Según los informes a los que pude acceder de años previos, la implementación era totalmente diferente".
"Una de las conclusiones positivas es que el colectivo de los recuperadores de residuos de la ciudad fue visibilizado ante toda la comunidad paranaense y fue valorizado de otra forma; y ellos mismos como colectivo se pudieron identificar, reconocer y resignificar su trabajo, reivindicándose como trabajadores de una actividad digna. Hoy hay tres cooperativas de recuperadores constituidas en la ciudad y se pretende que haya más", reflexionó.
Por otro lado, destacó que "fue muy importante la situación de los carreros en torno a saber usar o no la herramienta, eso fue un quiebre que determinó si les fue bien o mal. Más de la mitad me manifestaron que muchísimas veces se les rompió el motocarro y a eso lo relaciono con la falta de acompañamiento en torno al aprendizaje sobre el uso de la herramienta".
En este cierre de ciclo, Diego reconoció q quienes lo apoyaron en este camino, "quiero agradecerles especialmente a los carreros que me dieron su tiempo y fueron amables al momento de contarme sus experiencias, a los referentes municipales que entrevisté". Además, el título tiene un valor muy especial en su vida, marcado por sus orígenes humildes, situación que no le impidió acceder a una carrera universitaria y recibirse. "Siendo una persona de un barrio humilde, primera generación de estudiantes universitarios, quiero agradecerle a mi hermana Adriana que ya no está con nosotros, a mis viejos que supieron guiarme y sostenerme todo este tiempo; y a mi compañera Cecilia".
¡Felicitaciones Diego por este logro académico y personal!
