Secretaria de Extensión

Lunes, 08 Septiembre 2014 19:27

Estudiantes de Gerenciamiento en una experiencia multidisciplinaria en terreno

Un grupo de cinco estudiantes que cursan las últimas materias de la Tecnicatura en Gerenciamiento de Servicios Gastronómicos participó del proyecto de extensión “Convivencia Saludable” conjuntamente con pares de la Facultad de Ciencias de la Vida y la Salud –UADER- y de Bioingeniería –UNER-. 
Se trató de una experiencia muy positiva para los estudiantes de nuestra Facultad, tal como surge de los relatos de Federico Francou, Romina Santana, Victoria Colichelli, María Laura Temporetti y Ayelén Gillij.
La Prof. Nibia Alasino, docente de Pasantías de Gerenciamiento, explicó que el proyecto estuvo a cargo de la Lic. Mabel Homar, docente de la Facultad de Ciencias de la Vida y la Salud, y que en el mismo intervinieron estudiantes de la Licenciatura en Enfermería, de la Tecnicatura en Gerenciamiento –ambas de UADER- y de Bioingeniería –UNER-.
“Convivencia saludable” fue aprobado por el Ministerio de Educación de la Nación en el marco del Programa de Voluntariado Universitario, se realizó en la localidad de Sauce Montrull, en el departamento Paraná, y consistió en un relevamiento sanitario de la población de esa localidad.
“Nosotros teníamos a cargo la cocina para todo el grupo. Aplicamos todo la cuestión administrativa, el manejo de los recursos que disponíamos, la materia prima. Todo lo que aprendimos en la carrera lo fuimos aplicando”, inició la charla la estudiante Romina Santana. 
Nibia Alasino continuó la explicación. “Un mes antes, nos pidieron que elaboráramos un menú nutricional para todas las personas ya que no solo participaban los estudiantes sino también personas de esa comunidad, del Centro de Salud -en la presencia de la directora que tenia una participación muy activa- y de otras reparticiones como Policía, Vialidad. 
La docente destacó que “los estudiantes actuaron frente a lo imprevisto que es, en cierta forma, el objetivo de todos estos proyectos de extensión que tienen un propósito formativo: la universidad va al territorio. La educación no se centra en las aulas –continuó-. La actividad formativa  les permite adquirir destrezas, habilidades, que los van a ayudar en su futuro profesional. Los estudiantes tuvieron una muy buena actuación frente a imprevistos. Por ejemplo si bien estaba todo planificado, tuvieron oportunidad de ir mejorando, con los recursos disponibles. Eso es muy loable porque trabajar con todas las comodidades es fácil, pero cuando los recursos no son muy accesibles eso pone en evidencia la capacidad de ellos”, subrayó.
A propósito de adversidades, ocurrió que no se encontraron con una cocina instalada como habían pensado. “No había un lugar físico para la cocina. Había una parrilla grande y casi siempre nos manejábamos con el fuego. Teníamos dos hornallas tipo anafe, un quemador un tanto más grande y un horno pizero. Tampoco teníamos todos los utensillos”, detalló otro estudiante, Federico Francou. Tampoco tenían heladera. La información no tiene el tono de reclamo sino de desafíos que satisfactoriamente superaron.
El proyecto se extendió a lo largo de 5 días, de domingo a viernes. “Respetamos del menú solo el primer día. Como nos iban sobrando ingredientes tratábamos de aprovechar todo; preparábamos desayuno, almuerzo, merienda y cena. Fueron cinco días que nos quedamos instalados en la localidad. La jornada se extendía desde las 7 hasta la 1 del día siguiente.
El desayuno se preparaba para unas 50, 60 personas, estudiantes de Enfermería, Policía, docentes universitarios y personal del Centro de Salud, a todos lo que trabajaban en el rastrillaje se le aportaba la ración de comida, sobre todo al mediodía. Ahí también teníamos inconvenientes porque calculábamos para un número y se nos iba sumando gente que llegaba para participar en uno de los días. Así el número de comensales era variable. 
“En los primeros días ocurrió esa situación. Después empezamos a preparar más viandas. La merienda ya no era para tantos y la cena era para los que se quedaban a dormir”, relataron.
“El menú estaba estipulado, pero lo fuimos cambiando para utilizar materia prima que nos iba sobrando”, también contaron. 
 
BALANCE
Al momento de hacer balances, la Prof. Alasino señala que “a los estudiantes les permite tomar contacto con la realidad y la realidad no está fragmentada en una sola disciplina”.
Para Federico Francou, “la experiencia en todo sentido fue muy buena, más allá de nuestro trabajo específico conocimos gente espectacular , vimos el trabajo que hicieron en la comunidad. Los chicos –Enfermería- tenían que caminar, salían a las 9 y volvían a las 17. Se la pasaban caminando, comían en los lugares donde tenían acordado. No volvían a comer y a la noche hacían como un resumen de toda la jornada y nosotros escuchábamos lo que habían hecho y los inconvenientes de la comunidad. Eso nos motivaba también a ofrecer un poco más de lo que podíamos, dar para que los chicos se sintieran mejor.
Lo negativo que se nos presentó lo transformamos en algo positivo. Al no tener prácticamente nada –teniendo en cuenta a lo que estamos acostumbrados en la cocina-, cada esfuercito que hacíamos redundaba en beneficio propio. La cocina era nuestra porque la armamos, no había nada. Teníamos sentido de pertenencia porque eso lo armamos nosotros , lo sentíamos más propio.
Sería bueno que lo hicieran todos los estudiantes para ver que uno no siempre va a disponer de todo”.
Romina Santana, al comentar su experiencia, empieza por destacar el impacto que le causaba la experiencia de los estudiantes de Enfermería. “Nos chocábamos con el relato de las experiencias que vivían con la comunidad. Por ejemplo, contaban que había familias que no tenían para comer, entonces cuando nos sobraba algo le dábamos a la directora del Centro de Salud y se lo mandábamos para que no se tirara, que no se desperdiciara nada. 
Como experiencia también fue buena porque nos hicimos amigos de los estudiantes de Enfermería, fuimos intercambiando y del mismo modo con los de Bioingeniería que diseñaron un programa de software para el relevamiento que hacían los de Enfermería.
Esta experiencia anima porque trabajar en grupo en equipo entusiasma y nosotros fuimos intercambiando tareas. No era un hotel, pero gerenciamos en esta organización.
Yo al principio hacía las cosas porque es lo que me inculcan acá. pero lo mejor fue cuando reconocí que se sentían muy cómodos con lo que nosotros les brindamos. Creo que ahí fue cuando dije ´me gusta lo que hago´”.
Victoria Colichelli sin dudas afirma: “La experiencia fue positiva para aprender a administrar en un lugar en el que no estaba todo disponible, todo servido, nos teníamos que administrar con lo que teníamos. También, trabajar en equipo, colaborar y relacionarnos e integrarnos con estudiantes de otras disciplinas.
A partir de nuestra carrera, nosotros podemos trabajar en un hotel, una cocina de categoría, pero también aplicarlo en un trabajo social, para la comunidad”.
María Laura Temporetti recordó que cuando les hicieron la propuesta e participar en el proyecto, “nosotros dijimos sí y no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar. Yo imaginaba una cocina toda equipada y nos encontramos con todo bastante precario. Nos miramos las caras y dijimos `¿qué vamos a hacer?´, pero día a día nos fuimos administrando. Otra complicación fue que no teníamos heladera, por lo que hubo que cambiar cosas que teníamos planificadas. La experiencia fue muy buena. A lo que aprendimos en el aula se sumó la creatividad de cada uno, cómo nos manejamos ante cada situación”.
Nibia Alasino en el cierre de la charla reflexionó: “En la formación es importante que vean todas las realidades, no solo la de los grandes hoteles, sino otra realidad que les permita aplicar los conocimientos, adquirir destrezas para cuando las situaciones no son las mejores.
El conocimiento no puede encerrarse en el aula, se hace en contacto con la realidad. Creo que en toda universidad hay valores, nosotros formamos además de buenos profesionales, personas comprometidas con la libertad, la justicia social, la solidaridad, el trabajo en equipo, ...”
Una experiencia con estas características es la primera vez que hacemos. Nos sumamos porque pensé que iba a ser muy positivo para nuestros estudiantes por el aspecto formativo que tienen nuestras prácticas de extensión. Los convoqué, enseguida aceptaron y se sumaron”, finalizó anticipando que el año que viene quizá se comparta un proyecto similar en otra localidad.  
Visto 934 veces Modificado por última vez en Martes, 09 Septiembre 2014 09:13

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